lunes, 31 de agosto de 2009

Adrián Bassola: “Es importante para nosotros que la Web no nos canibalice el papel”

Las comunidades y el servicio informativo constituyen el carácter distintivo de Diaadia.com.ar. La juventud, el estilo desacartonado y la versatilidad marcan la identidad del medio.

Con mucho orgullo por los logros alcanzados, tonada bien cordobesa y una gran pasión por la profesión, Adrián Bassola, director periodístico de Día a Día habla del salto cualitativo que significó la creación del sitio web en la mente de los 32 profesionales que trabajan en la redacción.
(Fuente de la imagen: Tarjetero de Infonegocios).
Después de cinco años recién cumplidos, Día a Día no sólo celebra su edición papel, sino también su reciente estreno en el ciberespacio. Además de ofrecer allí las noticias principales del día y actualizaciones permanentes, la mayor apuesta del medio es la participación del público en comunidades. En ellas, cada usuario registrado puede generar sus propias notas, cargar fotos o manifestar inquietudes, al mismo tiempo que puede comentar y valorar lo que otros producen. Bajo esta modalidad, el usuario se informa, produce y comenta, todo en un mismo sitio web.


Repasando sus orígenes, la versión digital del periódico comenzó a fines del año pasado con un formato similar a los blogs. Luego, ingresó en su fase beta (modo de prueba) desde el 19 de enero hasta marzo de este año, fecha en que se concretó la versión actual de Diaadia.com.ar.
-¿Cuál es la modalidad de trabajo del diario, respecto a la dinámica entre la versión papel y la versión digital?

- Al momento de ingresar la web a nuestra redacción, lo primero que se abre es la necesidad de que nosotros los periodistas incorporemos criterios, conceptos, conocimientos, herramientas del manejo web. Ahora, la concepción sobre la que nosotros montamos la web y la adosamos a la redacción es la de una redacción integrada. Tratamos de que todos nuestros periodistas tengan como misión producir contenidos que después puedan publicarse en un diario de papel, que salgan en la web o en los dos lados. Nuestra redacción tiene una ventaja muy fuerte: es una redacción muy joven, entonces muchos periodistas ya tienen incorporado en su ADN un poco del entorno de la web. Muchos de ellos tienen un aporte constante y sostenido. A otros les cuesta, nos cuesta un poco más.

-¿Qué repercusiones tuvo el surgimiento del nuevo sitio en los lectores/usuarios?

-Nosotros sabemos que del gran público que lee Día a Día papel una parte se va a introducir en Diaadia.com.ar. Esa parte nos lo ha hecho saber porque es gente que comenta: no me gusta esto, no me gusta aquello. Creo que en eso hay una reacción natural porque es gente que ya manejaba la web. El resto de los lectores son más bien indiferentes a este fenómeno porque no entran nunca. En realidad, compran el diario, se informan, ven cosas que nosotros publicamos porque tenemos también un esfuerzo de cazarlos, de que la web alimente el papel, de que el papel alimente a la web. Te diría que no hay muchos lectores de Día a Día papel que lean Diaadia.com.ar y eso también nos tranquiliza un poco. La publicidad en la web no genera tanto dinero como la publicidad en el papel. Es importante para nosotros que la Web no nos canibalice el papel. Creemos que son públicos bastante distintos.

-¿Cuál es el grado de participación que tiene la gente en las redes sociales que ofrece el sitio web?

-Día a Día ha sumado a lo que es un diario pequeño en la web el tema de la participación: las comunidades, el comentario, los votos, la valoración. Ese gran capítulo es un poco nuestro mayor entusiasmo y nuestro hijito que tratamos de alimentarlo. Es nuestro sueño también. Hasta ahora la respuesta es en algunos lugares muy importante. Por ejemplo, el deporte, la música de cuartetos. La gente comenta notas, participa de las encuestas y se agrupan en comunidades, pero no tan masivamente. A escala, creemos que lo hemos hecho es importante. Hay comunidades que tienen 600, 700 personas que se han adherido y está bueno. Insisto en que siempre es a escala porque Día a Día tiene un tráfico de cinco mil usuarios únicos por día. Nuestra apuesta y nuestro sueño está por el lado de las comunidades porque creemos que hacia ahí va la web.

-¿Qué grado de legitimidad le otorgan a los comentarios de los usuarios, a los aportes o a las denuncias que ellos hacen?

-Es muy difícil. Nosotros venimos de la cultura del papel y eso es muy condicionante dado el nivel de responsabilidad que sentimos ante un comentario, una nota. Pero, hemos aprendido que en la web es todo mucho más relajado, que la identidad del usuario es mucho más encubierta y respetamos eso. Por su puesto que nunca publicaríamos en papel y nunca valoraríamos en la propia web un comentario soez, xenófobo, mal educado.

-¿Hay algún filtro a la hora de que un usuario deje su comentario?

-En Diaadia.com.ar no. Para dejar un comentario vos tenés que estar registrado. Pero para registrarte no hace falta que dés tu identidad verdadera, simplemente con un nickname y una dirección de correo verdadera te podés registrar. Entonces, el comentario si fue escrito se publica. Sí nosotros, de algún modo, estamos atentos y la comunidad esperamos que poco a poco también vaya estando atenta. No hemos tenido grandes problemas. El ciudadano muchas veces te corre por el lado de que vos no le querés publicar cosas que él sabe, que son verdaderas y que vos no te animás a publicar. Nuestra vocación es la de una Web muy abierta y participativa. Estoy completamente convencido de que es muy saludable la introducción del ciudadano en la prensa. Nosotros no hemos abierto una ventana en Córdoba, hemos abierto un ventanonón (sic) porque los diarios, en general, son muy metidos para adentro.

-¿Cómo cree que se posiciona Día a Día en el imaginario social frente a la competencia, al resto de los medios gráficos en Córdoba?

-Tiene un posicionamiento bastante claro. Día a Día es un diario multitarget, que está dirigido a toda la población, pero que es más elegido por una franja media de la población, que o bien no le alcanza para comprar el líder o bien le gusta nuestro diario porque tiene muchas cualidades como ser anabólico, educativo, tener coleccionables de enciclopedia, diccionario y todas esas cosas. No sé qué pensará cada persona. Siempre digo que algún día me gustaría llenar el Chateau con los 40 mil lectores para preguntarles qué les gusta. Creo que se cree que Día a Día es un diario más desacartonado, más cordobés, más joven, menos poderoso, con menos peso, más descuidado. Para mí este es un diario que ha hecho lío porque se ha instalado gracias al enorme apoyo de La Voz del Interior.

-¿Cómo son las relaciones entre La Voz del Interior y Día a Día, tratándose de dos productos distintos pero del mismo dueño?

-Cuando nació Día a Día se decidió algo fantástico: que las dos redacciones no se vean. Yo no sé lo que La Voz tiene para mañana y La Voz no sabe lo que yo tengo. Lo que sí compartimos son las fotografías por una cuestión de costos. Eso nos obliga a nosotros a estar mucho más atentos, a no depender de papá La Voz para ver que lleva, que no lleva. Sino ellos nos ganarían feo todos los días. Como yo sé que no puedo contar con ellos, yo, Día a Día, busco las noticias y eso hace mucho a la mística de la redacción. Desde el primer día este diario a pesar de ser hijo de, nunca se sintió hijo de, en la redacción. Nunca se sintió la piecita del fondo. Acá tenemos todos mucho orgullo, mucho sentido de pertenencia y eso es, en parte, porque nosotros no esperamos mucho de La Voz. Sabemos que estamos librados a nuestra suerte.

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lunes, 17 de agosto de 2009

Facebook: vidriera de identidades y apuesta a la publicidad

“En Facebook espigamos trozos de identidad (…). Somos espigadores. Como buenos espigadores, seleccionamos y recolectamos la cosecha de nuestra comunidad”. En estas frases se resume el video elaborado por los alumnos del Taller de Procesamiento de Datos, dictado en la Carrera de Ciencias de la Comunicación, en la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA. El titular de la cátedra es Alejandro Piscitelli y este año particularmente los alumnos trabajaron en el Proyecto Facebook, investigando el fenómeno que tomó fuerza en la Argentina desde el año pasado.

La repercusión que genera cada participación de los usuarios en esta red social es quizás uno de los aspectos más atractivos del mundo virtual/real que propone Facebook. En este espacio el feedback entre los contactos es permanente. Un amigo sube una foto, otro la comenta. Un amigo enlaza una nota o un video, y por detrás varios contactos dejan sentada su aprobación o su rechazo. Alguien crea un grupo con un valor o un interés que despierta atracción y entonces con un click uno se hace fan de esa comunidad virtual, deslizando una característica personal.



En FB elegimos nuestros amigos, generalmente nos mostramos con fotografías o con frases que expresan nuestro pensamiento. Dejamos picando ideas, nos unimos a grupos de interés, damos a conocer las cosas de las cuales somos fanáticos, dejamos que una aplicación nos anticipe algún suceso y opinamos al respecto, expresamos nuestro estado de ánimo, contamos si estamos en una relación, quiénes son nuestros amigos más cercanos, cuáles son nuestros planes o algo que nos enojó.

A través de esta red social, podemos saber en qué anda un amigo que hace años que no vemos o intercambiar mensajes con incógnitas que sólo comprende un amigo cercano. También podemos encontrar novedades de profesionales, que de otro modo no nos enteraríamos, sugerencias de sitios para visitar y alguna que otra animación que nos sorprende por revelarnos algo de nuestros contactos.


Con esta variedad de usos que ofrece la red social, sumado a su potencial por ser una vidriera de identidades que revela gustos, preferencias, comportamientos, pensamientos, actitudes, proyectos, valores e intereses, la publicidad encuentra un nuevo sitio para explotar. Desde ahora, en Facebook existe una aplicación para publicitar una página de Internet, un evento o un grupo constituído dentro de esta red.

El usuario diseña su propio anuncio, segmenta su público (gracias a filtros demográficos y psicográficos), decide la circulación de su campaña y si quiere pagar por número de clicks o por visualización del anuncio. Una vez ingresado el pedido, pasa por una revisión de calidad, en la que se comprueba que se respeten las normas de contenido. Además, FB ofrece sugerencias para mejorar el anuncio y una evaluación de seguimiento de la campaña.

Habrá que ver ahora que apuesta hacen las empresas por este tipo de publicidad en una red que no para de crecer y de instalarse cada vez más entre los hábitos y costumbres de los internautas.

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